Al cierre de diciembre último, los depósitos de ahorro de los residentes urbanos y rurales de China sobrepasaron los catorce billones de yuanes. Es la tercera vez que el aumento de sus depósitos rebasó un billón de yuanes en 2005.

En enero del año pasado el saldo de los depósitos de ahorro de los residentes sobrepasó los doce billones de yuanes, y en mayo, los trece billones.

A finales de diciembre de 2005, muestran los datos del banco central, el saldo de los depósitos de diversos tipos en renminbi de todo el país totalizó 28,72 billones de yuanes, con un aumento de 18,9% frente al mismo mes del año anterior, y los depósitos de ahorro de los residentes urbanos y rurales montaron a 14.105.099 millones de yuanes.

Según la encuesta con cuestionario que el Banco Popular de China hace cada tres meses con depositantes urbanos a escala nacional, se ha venido engrosando el número de personas que opinan que las tasas de interés de los depósitos son bajas. En el cuarto trimestre de 2005, la proporción de estas personas llegó al 62,1%, dos puntos porcentuales más que en el trimestre anterior; y sólo el 36,3% creía que eran adecuadas, 1,4 puntos porcentuales menos. A despecho de ello, el deseo de ahorrar de los residentes se ha ido fortaleciendo desde el 29 de octubre de 2004, fecha en que se elevaron las tasas de interés, aunque bajaron un poco en el segundo trimestre de 2005.

Conforme al análisis de expertos, el que los residentes siguen mirando con buenos ojos los depósitos de ahorro si bien ha bajado su conformidad con los niveles de tasas de interés se debe principalmente a los siguientes factores: Primero, mientras disminuye de continuo su deseo de consumo, asciende el de depositar dinero en el banco. Segundo, la reforma de los tipos de cambio del renminbi ha reforzado su confianza en la moneda nacional y estimulado de nuevo su deseo de ahorrar. Y tercero, la escasez de canales de inversión para los depósitos. Mientras el rebaraje del mercado bursátil en el último tiempo ha mermado otra vez la confianza de los inversionistas en los valores y la emisión limitada de bonos estatales difícilmente puede satisfacer la demanda, los residentes, sin muchos canales de inversión a la vista, no tienen otra alternativa que hacer ahorros a la pasiva.

En las circunstancias de la depresión duradera de la bolsa, los bienes raíces fueron considerados en un tiempo el canal de inversión principal "más seguro". A partir de la segunda mitad del año pasado, sin embargo, el aumento de los precios de vivienda ha empezado a ralentizar en algunas zonas a causa de la política estatal de macrorregulación del sector inmobiliario y las transacciones se han reducido por amplios márgenes. Debido a lo cual, parte de los residentes antes anhelantes de comprar vivienda y los inversionistas empezaron a mirar y vacilar con el dinero en la mano.

El informe sobre la encuesta con cuestionario realizada en el tercer trimestre del año pasado por el banco central indicó que el 19,6% de los residentes estaba dispuesto a adquirir vivienda en los próximos tres meses, 0,5 puntos porcentuales más que en el trimestre previo. Pero esta cifra aún era baja en comparación con las anteriores y, por otra parte, había diferencias notables entre las localidades. En Shanghai, por ejemplo, donde los precios de los inmuebles sufrían fluctuaciones drásticas, solamente el 7,3% de los residentes tenía el deseo de comprar vivienda en los próximos tres meses, 3,7 puntos porcentuales menos que en el segundo trimestre, esto es, el récord histórico más bajo. En sus residentes reinaba una densa atmósfera de esperar con ojos abiertos.

Y la encuesta efectuada por el banco central en el cuarto trimestre de 2005 mostró que el 19,2% de los residentes estaba listo a comprar vivienda en los tres meses venideros, 0,4 puntos porcentuales menos que en el trimestre precedente. Debido al impacto de la política de macrorregulación del sector inmobiliario, enlentece el alza de precios de vivienda en algunas ciudades, sobre todo en Shanghai, donde incluso han caído un poco. En síntesis, a la par que en el mercado inmobiliario impera la atmósfera de mirar y esperar, los residentes no se entusiasman mucho por adquirir vivienda.